La dirección de Kraft Foods Pakistán (anterior Cadbury, actualmente propiedad de Mondelez) ha sometido a un cierre patronal al sindicato y atacado a los dirigentes sindicales en represalia por haber defendido los derechos de centenares de trabajadores y trabajadoras subcontratados por la fábrica.
Mondelez fabrica productos de confitería Cadbury en Pakistán con 53 trabajadores/as permanentes y más de 350 subcontratados, de los cuales más de 150 ocupan puestos de trabajo “fundamentales” en el sector fabricación. Las negociaciones alcanzaron un punto muerto, el pasado mes de diciembre, cuando el sindicato exigió que los trabajadores/as precarios compartieran los incrementos salariales y beneficios y reclamaron un procedimiento claro para la creación de cargos permanentes. La dirección respondió persiguiendo a los dirigentes sindicales y el 14 de marzo inició medidas disciplinarias contra el presidente sindical Muhammad Saleem que apuntan a su suspensión o despido. Es ilegal hacer esto durante las negociaciones de un Convenio Colectivo.
El sindicato dio aviso de huelga para el 1º de abril y la empresa declaró un cierre patronal.
Túnez, Egipto y ahora Pakistán – ¿y después qué?