La UITA se siente apenada, aunque no sorprendida, ante la muerte de 120 trabajadores/as en un incendio que arrasó la planta avícola de Baoyuanfeng al noreste de China, el 2 de junio. Al iniciarse el incendio había 350 trabajadores/as atrapados en la planta de procesamiento y sólo una estrecha salida. Los trabajadores informaron que la fábrica mantenía las puertas con cerrojo y que no se había realizado advertencia alguna o capacitación respecto a riesgos en el lugar de trabajo, como por ejemplo, sobre el amoníaco que se considera comenzó el incendio. La fábrica había sido elogiada por el gobierno chino por su “enfoque innovador” en el sector de procesamiento avícola y fue reconocida como una de las “100 principales” empresas agrícolas de la Provincia Jilin.
Ahora los medios de comunicación del estado chino informan que los funcionarios han determinado que se trabajaba en condiciones de excesivo hacinamiento, las rutas de escape y procedimientos en caso de incendio eran insuficientes y las inspecciones eran deficientes.
¿Por qué se toleró esta situación?
La mayoría de los informes apuntan a la estrecha relación de los corruptos funcionarios estatales con las empresas a expensas de los trabajadores, de la seguridad de los productos y la degradación ambiental. Pero, los funcionarios estatales y los empleadores tolerarán lugares de trabajo peligrosos en tanto los trabajadores/as no tengan libertad para organizarse colectivamente y poder velar por la seguridad en el lugar de trabajo. La causa profunda del incendio de Baoyuanfeng y de otras tragedias en los lugares de trabajo es la denegación de los derechos de los trabajadores a formar sindicatos independientes, el único medio a través del cual pueden ejercer sus derechos humanos en sus lugares de trabajo.
Como reacción al colapso de la fábrica de vestimenta en Rana Plaza, el Gobierno de Bangladesh anunció cambios en la Ley de Trabajo que, por primera vez, permitiría a los trabajadores/as formar organizaciones sindicales sin la aprobación del empleador. Queda por ver con cuánta energía se protegerá este derecho. No podemos esperar medidas de este tipo por parte del gobierno chino: ACFTU, que cuenta con el patrocinio estatal, se limitará a observar cómo se continúa denegando a los trabajadores su derecho a organizar sindicatos que sean independientes de los empleadores y del gobierno. Las tragedias en los lugares de trabajo continuarán hasta que los trabajadores chinos obtengan este derecho.
En todo el mundo, los trabajadores y trabajadoras de avícolas padecen las consecuencias de la feroz oposición de las empresas. La industria adolece de múltiples flagelos, bajos salarios, altas velocidades en las líneas de producción, un elevado índice de lesiones por esfuerzo repetitivo y otras heridas, así como explotación extrema de una fuerza laboral vulnerable que, con frecuencia, depende mucho de la mano de obra migrante. Los consumidores que se interesan por la calidad y seguridad del producto deberían tratar de buscar que se corrijan estas condiciones apoyando los esfuerzos para crear sindicatos fuertes e independientes habilitados para negociar y hacer aplicar estrictas normas de seguridad.