En la actualidad, el número de personas con hambre en el planeta se calcula oficialmente que excede los mil millones de personas, y se predice que el precio de los alimentos continuará siendo alto, volátil y susceptible a conmociones. Este es el contexto en el cual la Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria de las Naciones Unidas se está llevando a cabo en Roma los días 16 al 18 de noviembre. En los preparativos para la cumbre, la UITA le escribió a Jacques Diouf, Director General de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), destacando la total ausencia de toda referencia en el documento del Proyecto de Declaración de la Cumbre, respecto al papel crucial de los 500 millones de trabajadores/as asalariados agrícolas del mundo, aquellos que ayudan a alimentar al mundo, pero que ellos mismos se encuentran con frecuencia en situación de hambre.
La carta de la UITA a Diouf señala que la inseguridad alimentaria crónica entre los trabajadores/as agrícolas y sus comunidades está indivisiblemente vinculada a la violación endémica de sus derechos colectivos y, por lo tanto, reclama a la dirección de la FAO "recomendar a los gobiernos miembro que se incluya en los compromisos y medidas adoptadas en la Cumbre, un firme compromiso de crear trabajo decente y salarios vitales en la agricultura". La UITA también enfatiza que otro resultado esencial de la Cumbre debe ser que la OIT, como el único organismo responsable de la ONU por la fuerza laboral en el mundo, debe ser designada como una de los organismos de la ONU con mandato específico para trabajar en la erradicación del hambre a escala mundial.
La UITA, que participa en el grupo consultor de la sociedad civil perteneciente a la Fuerza Especial de Alto Nivel de la ONU sobre la Crisis Alimentaria Mundial, estará evaluando el resultado de la Cumbre de Roma y sus posibles consecuencias para la política y acción de la UITA.