La fábrica de productos lácteos Nestlé en Kabirwala, Pakistán, depende de la labor diaria de cientos de trabajadores y trabajadoras precarios suministrados por contratistas en base a: “sin trabajo, sin paga”. Cuando el sindicato se ocupó de ayudar a aquellos trabajadores/as precarios con historial de muchos años de servicio, a fin de lograr que obtuvieran la categoría de empleo directo y permanente -según lo prescribe la ley-, la empresa respondió con despidos masivos, provocaciones, acusaciones y agresiones físicas por parte del subcontratista y sus matones.
Muhammad Saleem estuvo empleado como trabajador subcontratado en el departamento de envasado y empaquetado de Nestlé Kabirwala desde el año 2006. A continuación describe el régimen de trabajo precario de la fábrica y lo que sucedió cuando el sindicato apoyó los esfuerzos de los trabajadores/as subcontratados en pos de la categoría de empleo directo y permanente, de acuerdo con la ley.
“Siempre nos daban el mismo uniforme que los trabajadores permanentes de Nestlé, pero cuando iniciamos las gestiones en favor de empleo permanente, la empresa cambió nuestro uniforme y dijo: ‘Ustedes son empleados del contratista, así que necesitan un uniforme diferente.’
“Nunca tuvimos nuestros propios uniformes, siempre los compartimos…”
“Nunca tuvimos nuestros propios uniformes, siempre los compartimos. Cuando llegábamos a la fábrica recibíamos los uniformes de los trabajadores salientes y cuando terminábamos nuestro turno entregábamos nuestros uniformes a los trabajadores del turno que comenzaba.
Sucedía lo mismo con el calzado; recibíamos nuestros zapatos de los trabajadores del turno anterior y los entregábamos a los del siguiente turno. No importaba si los zapatos y uniformes nos quedaban bien y eran cómodos. A veces los trabajadores padecían irritaciones de la piel, pero nunca era considerado un problema de importancia, ni por los trabajadores ni por la dirección de la empresa; nuestra prioridad era cumplir una jornada de trabajo. En temporada alta siempre escaseaban los uniformes y en ese caso nos daban uniformes viejos y deteriorados.
Presión sobre la familia
Mi padre ya trabajaba en Nestlé como guardia de seguridad a través de una compañía de seguridad y me presentó en el 2006. En el año 2010 cuando presentamos los casos en la corte, la actitud de la empresa cambió y me dieron trabajo de limpieza en lugar del empaquetado. La dirección presionó a mi padre diciéndole, “Si su hijo no retira el cargo usted perderá su empleo”. Durante más de un mes la empresa intimidó y presionó a mi padre y, finalmente, fue enviado a casa.
Luego de iniciar los reclamos judiciales fue difícil para nosotros conseguir una jornada de trabajo. Cuando la empresa despidió a 58 trabajadores, organizamos un mitin de protesta. En respuesta, la empresa despidió a 33 trabajadores más el 9 de junio. Nuestras órdenes cautelares fueron confirmadas por la corte laboral y la empresa no pudo despedirnos legalmente – ¡pero igual lo hicieron!
Agredidos por matones
Al día siguiente, el 10 de junio, de nuevo organizamos un mitin de protesta frente a la oficina del Oficial del Distrito Policial de Khanewal. Finalizamos nuestra protesta al mediodía y volvimos en grupos. Dos compañeros y yo nos estábamos dirigiendo hacia la fábrica en una motocicleta. En el camino, el subcontratista Iqbal Ramzan [uno de los hijos del dueño de la empresa Ramzan & Sons, que suministra mano de obra subcontratada a Nestlé] y otras 5 o 6 personas nos detuvieron y nos atacaron con palos. Fuimos heridos; algunos de nuestros compañeros nos llevaron al hospital donde recibimos primeros auxilios.
El contratista presentó una reclamación contra nosotros ante la policía, ¡aún antes de que llegáramos a la estación de policía a informar sobre el ataque! Es probable que por este motivo no nos dieran un certificado médico en el hospital.
Las órdenes cautelares dictadas por la corte aún son válidas, pero Nestlé se niega a dejarnos volver al trabajo.
Basta de Nespresión – envíe un mensaje a Nestlé! Pulse aquí para decirle a la compañía alimentaria más grande del mundo que respete los derechos de los trabajadores/as subcontratados de Pakistán y deje de penalizarlos [1].