La dirección de la fábrica de galletas Saida de Túnez continúa sus agresiones antisindicales como respuesta a un estancamiento en las negociaciones del convenio colectivo. Zed Naloufi, secretario general de FGAT, el sindicato local afiliado a la UITA, fue despedido a comienzos del trimestre pasado por haber convocado una reunión de sus miembros. Ahora, el secretario general suplente, Karim Amdoumi, fue suspendido.
¡Actúen ya! – envíen un mensaje a Kraft [1]
La fábrica forma parte de la Société Tunisienne de Biscuits (SOTUBI), propiedad en un 49% de Kraft Foods la trasnacional de origen estadounidense. La fábrica Saida, que también elabora productos de marca Kraft como las galletas TUC, emplea 1600 personas, 80% de los cuales son mujeres.
Amdoumi fue suspendido como consecuencia de un altercado provocado por el gerente de almacén, el 13 de agosto. Y continúa suspendido, a pesar que posteriormente ¡el gerente de almacén retiró la queja! La dirección indicó al sindicato que se lo reintegrará si el comité sindical en su totalidad renuncia a sus cargos electivos.
La dirección de la empresa evidentemente prefiere la represión a la negociación, así que el conflicto continúa. Esta reacción agresiva ante trabajadores y trabajadoras que procuran ejercer sus derechos es la misma que mostró Kraft con los despidos antisindicales en la fábrica Cadbury de Alejandría, Egipto [2].
La única respuesta de Kraft al conflicto en Saida ha sido informar al Centro de Recursos Humanos y Comerciales –el cual publicitó la campaña de la UITA a favor de los trabajadores y su sindicato– que “la contratación y el despido de empleados son decisiones empresariales de rutina, que dependen exclusivamente de nuestro asociado en la operación conjunta“. Esta absurda aseveración ignora los Principios Rectores de la ONU sobre Derechos Humanos y Empresas, así como las Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales, que establece con claridad la responsabilidad empresarial por la violación de derechos humanos en operaciones conjuntas, proveedores, franquicias y otras formas de relaciones comerciales y exigen que las compañías tomen medidas correctivas.
El 1º de octubre, Kraft Foods se dividirá en dos empresas: una compañía norteamericana de comestibles y una “gigante mundial de snacks” llamada Mondelez. Las operaciones tunecinas formarán parte de Mondelez. ¿Mostrará la nueva compañía el mismo agresivo desprecio por las normas internacionales en materia de derechos humanos que Kraft? Los trabajadores/as de Kraft de todo el mundo necesitan saberlo.