Como consecuencia del escándalo de la carne de caballo y del riesgo para la seguridad de los alimentos admitido por la Secretaría de Medioambiente del RU, la FSA (Autoridad sobre Seguridad de los Alimentos del RU) reconoció que es en extremo probable, que haya habido actividad fraudulenta y criminal en la cadena de suministro de carne. Mientras las autoridades sopesan métodos de control, la UITA exhorta a empleadores y gobiernos a combatir la verdadera causa del problema: baja remuneración, mano de obra subcontratada, empleadores inescrupulosos, temor, aversión y desesperación. Las normas de seguridad alimentaria van de la mano con las normas laborales. La organización de los trabajadores y trabajadoras en sindicatos y una negociación colectiva respaldada por una legislación sólida fijarán las normas que posibilitarán que la seguridad de los alimentos sea monitoreada, de forma adecuada, por los trabajadores/as que se sentirán con confianza y seguridad para denunciar actividades criminales y fraudulentas.