En lo que concierne a los derechos sindicales, la elección de Hassan Rouhani como Presidente de Irán no ha reportado cambios. El 15 de octubre, el Comité Ejecutivo del Sindicato de Trabajadores Azucareros Haft Tapeh, afiliada de la UITA, requirió formalmente al nuevo Ministro de Trabajo que actúe para asegurar que dos funcionarios sindicales – Ali Nejati y Reza Rakhshan – sean restituidos en sus puestos y que otros dirigentes sindicales que retornaron al trabajo (aunque no a sus anteriores puestos) sean indemnizados con salarios y beneficios retroactivos. Tanto Nejati como Rakhshan fueron puestos en la lista negra después de estar presos por su actividad sindical y no han podido encontrar empleo estable en ningún lugar de la zona.
La organización sindical fue fundada en junio de 2008 tras una huelga de 42 días de duración. Desde la fundación del sindicato, los dirigentes y militantes han sido repetidamente arrestados y acosados [1].
El 31 de agosto, Amnistía Internacional [2]exhortó al entonces Presidente electo Rouhani a “dar vuelta una nueva página con respecto a los derechos humanos y sindicales durante su presidencia”. Los trabajadores/as de Irán aún están esperando.