Parece que Mondelez no puede detectar prácticas abusivas contra los derechos humanos en sus propias operaciones, pero se prepara para fotografiar a los compradores en su camino hacia el mostrador de la caja para trasmitir publicidad orientada con la finalidad de estimular las compras impulsivas. La tecnología de “estanterías inteligentes” retornará cantidades masivas de datos hacia las oficinas centrales de Mondelez, pero la compañía no está equipada para recopilar y evaluar información relevante basada en las normas internacionales de derechos humanos.
"Nuestra meta”, señaló un vocero de Mondelez a los periodistas, “consiste en comprender cómo los compradores ven, escanean, ubican, muestran interés y seleccionan productos en la estantería de la tienda. Podemos también comprometer e influenciar la decisión de compra trasmitiendo una experiencia dirigida al comprador. Por ejemplo, podemos trasmitir un audio o un video basados en el estudio de la población, la distancia e incluso la hora del día."
Mondelez sostiene que el sistema no es invasor, que solamente apunta a adultos y que las imágenes no se guardarán, afirmaciones que sin duda serán evaluadas escépticamente en vista de las revelaciones recientes sobre el gran alcance de la recopilación de datos por parte de compañías privadas.
En lugar de fotografiar a los consumidores, Mondelez debería estar vigilando potenciales abusos en sus plantas por parte de las gerencias locales. En tanto que Mondelez invierte en un “compromiso” de vigilancia para influenciar las decisiones del consumidor, ¿dónde queda el compromiso con la UITA y sus afiliadas en respuesta a acusaciones de graves abusos a los derechos humanos?