McDonald’s Nueva Zelanda despidió al delegado sindical, Sean Bailey, por ayudar a denunciar las reiteradas omisiones de la empresa en proveer pausas para la comida –según lo dispone la ley– para muchos de sus empleados que trabajan turnos de más de cuatro horas, y por prestar un testimonio decisivo sobre este tema ante un comité parlamentario.
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Actualmente, Unite se encuentra interviniendo en un litigio judicial contra McDonald’s por la omisión de otorgar pausas para las comidas. Bailey brindó testimonio ante un Comité Restringido investigador de la legislación laboral, como consecuencia de lo cual recibió una carta disciplinaria que expresaba “Parece que lo dicho por usted durante el curso de la audiencia del comité restringido y, el hecho de hacerlo de uniforme, puede dar lugar a incumplimiento de sus obligaciones con su empleador”. Las normas parlamentarias prohíben, expresamente, amenazar o perjudicar a una persona por presentar evidencia.
El activismo sindical militante de Sean Bailey’s atrajo la atención international [2] a comienzos de este año durante la campaña de Unite “McStrike” por un nuevo convenio colectivo, cuando declaró que había sido objeto de una sistemática discriminación anti-gay. La compañía esperó 5 meses para incorporar en el procedimiento disciplinario secuencias de video que presuntamente muestran a Sean imprimiendo documentación sobre salarios y horarios y, se considera que está siendo objeto de represalias por su testimonio en el Parlamento.
Sean Bailey fue despedido el 14 de octubre.
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